En estas salas del museo se muestra la dualidad complementaria de lo femenino y lo masculino, expresada en las formas e imágenes de las piezas de cerámica creadas por los artistas del antiguo Perú.
El hombre se representa como un emisor, un fertilizador, proyectando su virilidad y su potencia. El hombre también toca, acaricia, besa, así como es tocado, acariciado, besado. Se le representa también como un receptor pasivo de las acciones propiciatorias de sus parejas femeninas, en especial cuando se presenta como habitante del mundo de abajo, con características cadavéricas, situación que no es causa de su inhabilitación sexual.