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Clasificación de la cerámica erótica según Rafael Larco Hoyle

Sala E1, Vitrina E19


Cerámica
Mochica
Costa norte del Perú
Época Auge (1 – 800d.C.)
ML004226, ML004345, ML4361, ML004377

En su libro “Checán” (1966), Rafael Larco Hoyle propone una clasificación de los vasos llamados “eróticos” en cuatro tipos. A continuación se presentan extractos de su obra en las que los describe e interpreta.

Representaciones de erotismo naturalista: coito que lleva a la fecundación y que evita la concepción
“Enfrentándonos a todas las hipótesis, pero ubicando nuestro criterio en el nivel puramente arqueológico, habríamos aceptado los vasos representativos de coitos naturales como ofrenda funeraria por un motivo de vital trascendencia, el de la fecundación o propagación de la especie. Pero el por qué los mochicas se pronuncian por la conjunción carnal contra natura con la mujer y violentan su imaginación para reproducir toda esta variedad de formas de ese ayuntamiento infecundo, ha sido el dilema que nos ha planteado su observación… Este punto complejo lo he discutido con muchos hombres de ciencia durante largas horas y hasta agotar hipótesis. No teniendo nexo este coito con ningún otro ceremonial de carácter religioso, llegamos a la conclusión de que obedecía a un fin: evitar la concepción.” (pág. 107-112)

Representaciones de erotismo religioso
“Estudiando las escenas complicadas, sacamos en limpio que la cópula de la Divinidad (Aia Paec) antes que una relación directa y objetiva del placer sexual en sí, demuestra la fecundidad. En estos vasos la Divinidad se adorna la cabeza con su más lujoso atavío. No le faltan sus atributos principales. Ni los aretes de cabeza de serpiente ni el cinto formado por una serpiente bicéfala. Ostenta sus collares y joyas… Hay representaciones aisladas de la Divinidad en el ayuntamiento. La vemos sentada practicándolo, unas veces frente a la mujer, otras en la postura natural de la conjunción carnal. Y, finalmente, realizándolo contra natura… Quisieron los mochicas con estas escenas convertir a su Divinidad en el centro del poder de la fecundación. Buscaron divinizar el amor para dejar un testimonio de que el amor es la fuerza creadora del mundo. El ímpetu generatriz de la vida universal. Más aún, de la vida misma, al dotar a la Divinidad de los atributos sexuales del hombre, sublimaron las funciones del instinto y del sentimiento erótico.” (pág. 100-105)

Los vasos moralizadores
“Creímos al principio que estos vasos con la imagen de la Muerte eran individuos semiesqueletizados, en diversas actitudes, o se habían colocado dentro de la tumba representando al difunto entregado a los placeres sexuales. Pero al estudiar todas las series hemos llegado a la conclusión de que se trata de vasos moralizadores, cuyo móvil es demostrar cómo los excesos sexuales, no sólo desintegran el cuerpo hasta destruirlo, sino que afectan aún el dominio del espíritu, anulando la voluntad y hundiendo por completo al hombre… Muchos de estos ceramios tienen a ambos costados de la cara el típico signo escalonado de los castigados por desollamiento. En esta forma, con los ojos sin párpados y el movimiento mandibular inferior, se daba al reo la expresión morbosa y terrorífica que ellos requerían para que la sanción lograse escarmentar en los que presenciaban la dantesca escena… Estas imágenes de la pérdida gradual de la vida que vemos en los vasos moralizadores nos transmiten que los mochicas quisieron llevar al espíritu del individuo la convicción de que la conducta lujuriosa consume, paulatinamente, al ser humano.” (pág. 87-90)

Los vasos humorísticos
“El mochica encontró elementos que no dejando de expresar sus ideas, matizaron sus aberraciones con toques de humorismo y acentos de picardía, tendencia que se advierte desde la Época Evolutiva… Entre los mochicas los vasos botelliformes, cuyo pico es el de un pene en erección, son comunes. La única manera de beber en estos recipientes es tomar del glande mientras el contenido se evacúa por el meato. Encontramos también vasos en los que el mango es un miembro en erección y por el borde, que es por donde no puede beber, se distinguen perforaciones en línea horizontal. Su objeto es obligar al bebedor a no hacerlo pro este sitio, ya que al inclinar el recipiente, antes de que el agua llegue a la orilla, ya se ha derramado por los orificios abiertos a propósito para que líquido moje al bebedor. Éste no tiene más remedio, si quiere probar el contenido que hacerlo por la representación sexual que ostenta el vaso… Los mochicas humanizaban el órgano masculino con el objeto de darle la acción y la vida de una persona. Son comunes también los vasos en que aparece el hombre con los genitales desproporcionados, alcanzando a veces la misma estatura del sujeto, algunos trabajados con el mismo dispositivo que impone al bebedor a imitar el contacto bucopeneano… Otro buen número de recipientes figura, en su concavidad, mujeres en actitud supina. Todos los vasos de esta clase encierran doble fondo. Otros ceramios nos presentan a una mujer con una vulva desmesurada. Quien bebe está forzado debido a la intencionada estructura del ceramio, a tomar por los órganos femeninos.” (pág. 80-81)