Las ceremonias más importantes en el antiguo Perú fueron las relacionadas a la fertilidad, al sacrificio y al culto a los muertos. En todas ellas, el ofrecimiento e intercambio de fluidos era central, y por ello los recipientes tuvieron una importancia notable.
Los antiguos peruanos le dieron forma a los diferentes materiales que la naturaleza les ofrecía, como las arcillas, la madera y los metales. Con estos, crearon tazones, vasos y copas para contener los líquidos ceremoniales, como el agua, las bebidas fermentadas y la sangre sacrificial.
Las comunidades agradecían a sus dioses y ancestros el agua de las lluvias y la que bajaba por los ríos para poder irrigar sus campos, asegurando así la producción agrícola y la vida de la gente. En ocasiones críticas, ofrecían en reciprocidad a sus dioses el fluido más valioso que poseían: la sangre humana, o la sangre de animales sacrificados.
Hombres y mujeres brindaban en las ceremonias comunitariamente con la chicha, bebida principal en el mundo andino, elaborada de la fermentación del maíz. Con las sensaciones intensificadas y ánimo festivo, la gente participaba de una experiencia conjunta que trascendía el quehacer cotidiano.
En las ceremonias, los gobernantes y sacerdotes, vestidos de la luz y el brillo de los metales preciosos, se legitimaban como los representantes de los dioses sobre la tierra. Ellos manipulaban los recipientes de oro y plata reforzando así su posición social y política. Estos objetos no sólo eran simbólicamente importantes por la función que cumplían en los ritos, como la de verter los líquidos en la tierra, o ser los vasos para las libaciones: el oro y la plata eran el vehículo para la comunicación de mensajes religiosos por excelencia, ya que eran los materiales de lo sagrado y sobrenatural.
Desde su confección, hasta su destino final como ofrenda funeraria en sus tumbas, los objetos de oro y plata estuvieron fuertemente vinculados a las élites. Éstas monopolizaban su uso, controlando la producción metalúrgica y la transmisión de los mensajes mitológicos plasmados en los objetos.